Debido a el curso impartido en interciclo, me tocó la tarea de leer el libro "ruido de fondo", de Javier Payeras. El cual me pareció al principio colérico, expreción escupida de la más remordida y resentida conciencia. Pero de ahí me fijé que me lo leí en menos de una hora, entonces más de algo bueno tendrá este libro. Me puse a pensar, luego de sentirme ofendida y admirada de lo leído, que lo que engancha es la REALIDAD.
Son historias que se cuentan, que mientras las estamos leyendo podríamos admitir que estará pasando lo mismísimo en el preciso momento, por allá por la zona uno, en el centro de la capital. El que una persona admita que odia a Guatemala, la cual debería llamarse Puta, porque "todos son unos hijos de puta", es un tema debatible ya que su vida se vió afectada por las problemáticas sociales vividas en su contexto histórico.
Y es ahí cuando nos damos cuenta que se puede admirar. Hasta a la persona más ridícula del planeta, como lo hice con Javier Payeras. Ya que ansío escribir nada más y como pienso y que me va a importar lo que Guatemala diga. Igual, nadie nos obligó a leerlo.
Son historias que se cuentan, que mientras las estamos leyendo podríamos admitir que estará pasando lo mismísimo en el preciso momento, por allá por la zona uno, en el centro de la capital. El que una persona admita que odia a Guatemala, la cual debería llamarse Puta, porque "todos son unos hijos de puta", es un tema debatible ya que su vida se vió afectada por las problemáticas sociales vividas en su contexto histórico.
Y es ahí cuando nos damos cuenta que se puede admirar. Hasta a la persona más ridícula del planeta, como lo hice con Javier Payeras. Ya que ansío escribir nada más y como pienso y que me va a importar lo que Guatemala diga. Igual, nadie nos obligó a leerlo.
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